lunes, 17 de junio de 2013

Evangelium Fracti

Algo está muy roto.
Mientras el nihilismo
cala en los huesos humanos,
cada vez cuesta más respirar.
Mientras el mensaje mesiánico
de utopía, luz y filantropía
se degrada por mentes retrógradas,
retorcidas, tradicionales y ahogadas
en su propia frustración,
cada vez son más quienes saltan al vacío.
Porque algo está muy roto.
Mientras las cadenas estrangulen
la débil tráquea de la existencia,
mientras los pulmones se llenen de humo,
los arcángeles de ojos negros
segarán con su hoz todo intento de rebelión.
Y es que, definitivamente,
algo está irremediablemente roto.
Pero por nada bajemos la vista,
y que nada impida que alcemos la voz.

Apoteosis

Mira hacia arriba, risueña
-todo gira, todo orbita, todo está
subordinado a tu caos-.
Sonríe con tu obra,
tú, arquitecta de mi existencia
y de mi locura.

Y es que una palabra tuya
y los cielos se desangrarán por ti.
Y el sol se marchitará por ti.
Y la luna se suicidará por ti,
en el silencio de una noche

especialmente oscura. 

viernes, 7 de junio de 2013

Recojo tempestades.

Tiendo a sembrar momentos ventosos
-infernales-
y a recoger recuerdos cuanto menos
tempestuosos,
inmortales.

Camisa de fuerza

Grito.
Mis ojos se quedan blancos.
Convulsiono
en espasmos involuntarios
de frustración y odio.
El señor loquero me exige que me calme.
Grito. Grito y no me oigo.
Me retuerzo en un espacio limitado,
me ahogo y hundo
en un aire de mercurio y plomo.
La claustrofobia es palpable.
Grito. Grito y no me oigo.
Vuelvo a preparar mi camisa de fuerza
y vuelvo a sumergirme en el lodo.
Todo aparenta ser como antes.
Grito. Grito y no me oigo.
Grito y no me oyes.