lunes, 6 de abril de 2015

No debería

Hace ya bastante tiempo que nadie planta en mi pecho
ninguna flor equiparable al vergel que instalaste en él.
El cual regabas a diario,
y cuyos frutos degustábamos
mirando al mar en Septiembre.

No debería echarlo de menos,
de cualquier modo;
me he convertido en un ser de barro.
El cielo en Abril,
el olor de sus noches
son ahora mi consuelo.

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